La Hidrocefalia crónica del adulto, es una enfermedad producida por la acumulación de liquido cefaloraquídeo (LCR) cerebral y suele ser debida a una alteración de los procesos fisiológicos de reabsorción de este líquido que ocurren en algunos pacientes. Suele manifestarse en adultos mayores de 60 años en forma de alteración progresiva de la marcha, incontinencia de esfínteres y alteraciones cognitivas. El tratamiento habitual es la implantación de una derivación ventriculoperitoneal (DVP).
La enfermedad puede diagnosticarse mediante una resonancia magnética cerebral practicada en aquellos casos en que se sospeche dicha enfermedad. Antes del implante de la DVP suele ser necesaria alguna prueba confirmatoria como un tap test o un test de infusión. El tap test consiste en la realización de una punción lumbar evacuadora para comprobar si existe un beneficio clínico. El test de infusión consiste en la realización de un estudio de la presión de LCR mientras se infunde suero fisiológico a nivel lumbar para comprobar si la curva de presión de LCR está alterada.
En caso de confirmación diagnóstica, el implante de una DVP permite tratar de forma eficaz los síntomas.
La DVP es una válvula que conecta el sistema ventricular cerebral con el peritoneo a través de un tubo de silicona que se implanta en el plano subcutáneo.
Algunas de estas válvulas son programables pudiéndose controlar la presión de apertura para ajustarla en función de los síntomas.
Tratamientos:
Derivación ventriculoperitoneal de LCR de presión fija o programable
Derivación lumboperitoneal de LCR
Registro invasivo de presión intracraneal a nivel cerebral y lumbar