La hemorragia cerebral espontánea es una emergencia neuroquirúrgica. La causa más frecuente suele ser la hipertensión arterial. En personas jóvenes sin factores de riesgo hay que descartar siempre la presencia de una causa subyacente como un angioma cavernoso, una malformación arteriovenosa o un aneurisma cerebral.
Dependiendo del estado neurológico del paciente puede ser necesaria una evacuación quirúrgica del hematoma si el hematoma es superficial, cuyo objetivo es aliviar el aumento de la presión intracraneal.
En casos con sangrado intraventricular e hidrocefalia puede ser necesario el implante de un drenaje ventricular externo.
En el caso de hemorragias profundas puede ser necesario el implante de un sensor cerebral para monitorizar la presión intracraneal. En casos de hipertensión intracraneal severa puede ser necesaria la realización de una craniectomía descompresiva.
Tratamientos:
Tramiento microquirúrgico de la hemorragia cerebral espontánea
Biopsia o punción cerebral asistida con neuronavegación o guía de estereotaxia
Registro invasivo de presión intracraneal a nivel cerebral
Derivación ventriculoperitoneal de LCR de presión fija o programable
Craniectomia descompresiva
Craneoplastia personalizada